La ayahuasca ahora se está utilizando como un medicamento en sí mismo, no solo como una herramienta de diagnóstico y un aliado de las plantas para los curanderos. Esto representa una evolución positiva. Durante los últimos 20 años, muchos extranjeros y personas amazónicas han trabajado con la medicina en ceremonias, dirigidas por curanderos entrenados, para enfrentar las causas de sus afecciones, enfermedades y desequilibrios personalmente y participar en la ecuación de curación. Efectivamente, esto significa mover la curación a una relación co-creativa entre el sanador, los espíritus vegetales, la ayahuasca, el participante y su propio médico interno. El bebedor puede descubrir y asumir la responsabilidad personal de los problemas que habían estado ocultos en su inconsciente y que resultaron en bloqueos energéticos, a menudo la causa de la enfermedad o desequilibrio emocional / psicoespiritual.

Sin embargo, no se recomienda beber ayahuasca por su cuenta sin la presencia, protección y trabajo calificado de un sanador experimentado. No proporcionará el nivel de seguridad, profundidad de curación y eficacia general que se puede lograr cuando la curación con ayahuasca es practicada por sanadores expertos que trabajan con una multitud de doctores de espíritu de planta en la ceremonia. En algunas circunstancias, la ayahuasca por sí sola afectará la curación (aunque se requiere mucha precaución en términos del conjunto, el entorno, las intenciones y las medidas de precaución), sin embargo, no permitirá al bebedor alcanzar y sanar las raíces de los problemas.

Uno de los mayores desafíos del movimiento de la cultura de ayahuasca hacia Occidente es cómo transferir una tradición arraigada en las comunidades chamánicas a una cultura en general alejada de la naturaleza con integridad, respeto y seguridad. Creemos que es de vital importancia comprender y honrar las prácticas tradicionales que los curanderos indígenas han desarrollado durante miles de años de trabajo con la ayahuasca.